Bien es sabida la lección de que no es se puede juzgar algo sin conocerlo, de ahí que me siento en la obligación de revisar cautelosamente, que hace o no de Paulo Coelho un escritor digno de admiración o aversión.
Supongo también que este ejercicio no es nada novedoso, pero, creo yo, que sin un total conocimiento de causa resulta irresponsable fusilar algo o a alguien.
En lo sucesivo, aquí expongo algunas de las razones por las que usted, mi querido lector, puede ser fan del literato carioca más famoso de la última década porque:
· Paulo Coelho, es uno de los escritores latinoamericanos más vendidos y leídos de los últimos tiempos.
· Sus obras son publicadas en más de cien países, y ya han sido traducidas a más de cuarenta y dos idiomas, lo que le ha hecho merecedor de prestigiosos premios.
· Porque su vida fue un infierno y logró salir de él. No todo el mundo puede sobrellevar los recuerdos de una cárcel, un manicomio y los estados depresivos como consecuencia del consumo de sustancias pasicoactivas y luego hacer como si nada.
· No oculta su pasado miserable.
· Sabe cómo revivir ese niño interior que se sorprende con las cosas elementales de la vida.
· Sus libros son textos cortos y en términos muy simples aptos para un cualquier público.
· Siempre tiene la frase perfecta para el momento indicado: "Las cosas simples son las más extraordinarias y sólo los sabios consiguen verlas.[1]"
· Es: Mensajero de la Paz de la ONU; Embajador de la Unión Europea para el Diálogo Intercultural para el año de 2008; Miembro de plantel del Instituto Shimon Peres para la paz; Consejero Especial de la UNESCO para "Diálogos Interculturales y convergencias espirituales”; Miembro de la directiva de la Schwab Foundation for Social Entrepreneurship; Miembro de la Academia Brasileña de Letras, entre otros títulos de notoriedad[2].
· Es también el primer autor de renombre internacional en apoyar activamente la distribución gratuita en línea de su obra.
· Entró en el Libro Guiness Récords como el autor que firmó más libros de ediciones diferentes (el 9 de octubre de 2003, en la Feria del Libro de Frankfurt)[3].
Ahora, si usted lo que quiere es odiar a algún sujeto sobre la faz de la Tierra, Coelho resulta una magnífica opción si usted cree que:
· Es repetitivo hasta más no poder. “La ralladura sosa y rosa y empalagosa de su prosa”[4] hace que sus historias fácilmente se confundan con la psicología barata de los charlatanes.
· Es un charlatán de aquí hasta la Patagonia.
· Está explotando sus experiencias de vida para conmover a los lectores y ganar adeptos.
· Pretende con misterio y asombro disfrazar las más elementales circunstancias de la vida.
· Los libros de Coelho explotan hábilmente un universal humano: nuestra fascinación por los poderes de adivinación y conocimientos sobrenaturales[5].
· No necesita que le digan que hacer y mucho menos a través de discursos infantiles, baratos y primarios: “Pero nadie puede perder de vista lo que quiere. Aunque en algunos momentos piense que el mundo y los demás son más fuertes. El secreto es éste: no desistir.[6]"
· Los títulos de sus obras rayan de lo cursi y light: A orillas del río Piedra me senté y lloré.
· Se cree con la autoridad de pretender tocar la vida de las personas a través de sus trilladas historias de autoayuda fatalmente predecibles.
Por lo que sigue, en mi opinión personal y con una ligera experiencia como lectora de A orillas del río Piedra me senté y lloré, me disgusta pensar sobremanera en Paulo Coelho, en sus embustes, en sus ‘coelhomaniacos’ (nombre con el que se identifican sus fans), no creo en esa auto proclamación de “guerrero de la luz”, no le encuentro encanto a sus historias porque como lo insinué líneas arriba son más patéticas que las de muchas telenovelas. No sé si mi crítica se debe a una aversión muy particular por los libros de autoayuda, motivación, crecimiento, superación personal, new age o como se quieran llamar; lo cierto es que como sea Coelho es digno de que se le ame o se le odie y punto.
[1] El alquimista. COELHO, Paulo.
[2] www.paulocoelho.com/espa/bio.shtml
[3] Ibíd.
[4] ABAD FACIOLINCE, Héctor. Revista El Maplensante. Edición de 6 de agosto de 2004.
[5] Ibíd.
Dedico estas líneas para aquellos que por accidente o fascinación han leìdo algo de Coelho
No hay comentarios:
Publicar un comentario